Louis Marchiset

"Crecí en el País Vasco. Nací en Bayona y he pasado toda mi vida en Bidart". Las presentaciones podrían terminar ahí. Para Louis Marchiset, lo esencial está cerca, en sus ojos, bajo sus manos y bajo sus pies. "¿Por qué ir a otro sitio? ¿Por qué coger aviones cuando ya se vive en el paraíso? Estamos en casa, con amigos, ¿qué más se puede pedir?".
«La Rhune y Parlementia, allí me paso la vida. Sé que debería ir a otro sitio, pero creo que he establecido una conexión con estos lugares».
Louis tiene 19 años, pero podría tener 40 más. La mayor parte del tiempo lo podemos encontrar en Parlementia, donde aprende de los mayores de Guéthary. "Pasamos tiempo en la arena hablando. Es algo más profundo que el surf en sí. Me inculcan valores de la vida cotidiana que me sirven dentro del agua". En definitiva, Louis es tan original como entrañable, oscilando entre la madurez, el humor y la inocencia, sin tener que elegir, como todas las disciplinas que practica. "Soy pescador. Cuando era niño, la gente se reía de mí porque la pesca era cosa de viejos. Se imaginaban a tipos con sillas junto al río, pero hay pesca muy deportiva. Estar esperando a pillar un gran pez, es como esperar una ola enorme: cuando coges una buena, te acuerdas de ella". Cuando las condiciones lo permiten, Louis practica longboard; cuando hace viento, saca su foil, y cuando el mar está agitado, se va de escalada a la montaña. "Me encanta la naturaleza. Necesito sorprenderme todo el tiempo, e intento estar en el lugar adecuado en el momento adecuado. La Rhune y Parlementia, allí me paso la vida. Aunque la ola sea siempre la misma, según la dirección del oleaje o el color del agua, nunca tienes dos veces la misma sesión. Sé que debería ir a otro sitio, pero creo que he establecido una conexión con estos lugares".
«El surf fue más que una vía de escape, me salvó la vida. Puse toda mi rabia en ello».
Mientras algunos duermen hasta tarde el domingo de las Fiestas de Bayona, él se despierta al amanecer para subir a la cima de la Rhune, de Aiako Harria (Peñas de Haya) o el Jaizkibel cuando el sol empieza a asomarse tras el horizonte. "Aquella mañana, mis colegas me llamaron con voz ronca: ¿Dónde estás? Acababan de salir de una discoteca, pero yo ya estaba de camino a la Rhune". Habla de esta soledad con lucidez y distancia. Le gustaría deshacerse de ella, pero es tan deseable que acaba por pegársele a la piel. Aquí arriba, tiene a la vista todo lo que le fascina, los Pirineos, los ríos, el océano, la región donde su padre le subió a su longboard de 11' cuando tenía tres años. "Luego cogía mi tabla de espuma y caminaba 3 km hasta la playa de los Embruns, en Bidart, con los pies escaldados por el asfalto. Lo hice durante 10 años, por mi cuenta, divirtiéndome y la gente me tomaba por loco". A los 15 años, se apuntó a un club y, aconsejado por sus entrenadores, se inició en el longboard porque, según ellos, poseía una estética y una gracia especiales cuando surfeaba. Gracias a su empeño, le proclamaron campeón de Francia sub23 de longboard en 2021. A pesar del galardón, Louis no busca el éxito. Tiende a ir más allá de sus propios límites en lugar de someterse a los que le imponen. Su única regla: no estar nunca donde se espera que esté. "Para mí, es más emocionante hacerse un tubo o rollers con el longboard en La Gravière. Quiero cambiar la imagen del longboard". Armado de serenidad y determinación, podría pensarse que, sin haber cumplido aún los 20, Louis tiene un plan. "Hoy en día, uno lo quiere todo, todo el tiempo, enseguida. Tanto el surf como la pesca te hacen centrarte en lo que realmente necesitas. A menudo es paciencia y tiempo. Porque al final, todo llega".

Hasta ahora, el joven profesor de surf no había sentido la necesidad de viajar, pero este invierno Louis se lanzó a la aventura en Marruecos. En el mejor de los casos, pensó que encontraría una ola perfecta, y en el peor, unos paisajes bonitos y diferentes a los de casa. "Pero lo que más me impresionó fue el cambio de cultura. Ahora quiero descubrir cómo vive la gente en todas las partes del mundo. Eso es lo que me impulsa a salir del País Vasco. Me voy para volver mejor a casa". Y entonces Louis termina las presentaciones como las empezó, con sorpresa, emoción y auténtica espontaneidad. "Tuve una infancia muy dura, sufrí acoso escolar. El surf fue más que una vía de escape, me salvó la vida. Puse toda mi rabia en ello. Hoy ya ni siquiera pienso en todo eso, he conseguido hacer lo que quería. Quizá de ahí viene mi madurez, he estado tan solo que he tenido tiempo de hacerme muchas preguntas. Y hoy tengo las respuestas".