Pierre Lopez

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Desde las playas de la Gironda hasta las lagunas de la Polinesia, pasando por Nueva Zelanda o Australia, en misión o en competición, Pierre López rema, nada y estudia para salvar vidas, y para vivir mejor la suya. Sigue aprendiendo cada día, con humildad, de sus compañeros y del océano, el viento, las olas y las corrientes.

"Nadar, nadar, nadar... Es toda mi vida", dice Pierre López sobre su infancia y adolescencia, salpicada de sesiones de entrenamiento en las piscinas de cloro del club St-Nazaire Atlantique Natation. "Nací en París y crecí en la región del Loira-Atlántico, pero el océano siguió siendo un completo desconocido para mí hasta que obtuve mi diploma de socorrista para vigilar las playas”. Pierre se incorporará pronto al puesto de primeros auxilios de una de las playas más peligrosas del litoral de Aquitania: Lacanau-Océan. Un trabajo de verano que encenderá definitivamente la llama de su proyecto profesional: convertirse en socorrista todo el año. Para ello, Pierre quería aprender de los mejores. A los 19 años, partió con su mochila y un par de aletas hacia la Costa Sunshine, al norte de Brisbane, en Australia. El novato francés obtuvo todos los diplomas de socorrista, se formó en las técnicas australianas e incluso probó suerte en el salvamento deportivo. Después de dos años en las playas australianas, Pierre regresó brevemente a Francia en 2013, y luego se lanzó a otra aventura durante un año en Piha Beach, en Nueva Zelanda.

“Cuando volví definitivamente a Francia, después de tres años de increíbles experiencias por el mundo, volví a Saint Nazaire”. Se encontró con un amigo, Eric Sery, que practica el remo de larga distancia. "Fue él quien me puso por primera vez en una tabla de Prone Paddle de 12 pies de verdad y me introdujo en el Down Wind”.

"Estábamos en pleno mes de diciembre, a 3 grados de temperatura, con 30 nudos de viento, mar gruesa, el agua del estuario estaba marrón... Cogimos las tablas y fue entonces cuando me dije: quiero hacer esto toda mi vida”.

Tras esta revelación, Pierre se sumergió en cuerpo y alma en la cultura del mar. "No vengo de ese entorno en absoluto. Aún hoy me cuesta verme como esos hombres de mar que admiro, esas leyendas californianas, australianas o hawaianas de la disciplina que brillan en el Molokai, pero también los franceses que abrieron el camino: Ludo Dulou, que siempre ha sido amable conmigo. Cuando llegas a un nuevo deporte, cuando te unes a un equipo tan prestigioso como Oxbow, necesitas referencias, modelos... Ludo ha desempeñado y sigue desempeñando este papel de mentor para mí.

Verdadero adicto al trabajo, a Pierre le gusta aislarse del mundo para preparar su cuerpo y su mente para remar largas distancias y gestionar situaciones de emergencia. Seleccionado para formar parte del equipo de nadadores de rescate en helicóptero Dragón 33, ahora trabaja como voluntario de mayo a septiembre junto a los médicos del SAMU. "Soy miembro de una tripulación especializada en el rescate acuático. En Dragon he vivido experiencias muy intensas que me han permitido convencido de que el cuidado de las personas es una verdadera vocación. Por eso empiezo a estudiar en el Instituto de Formación en Enfermería del Hospital Universitario de Burdeos.

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2017 resultará ser un gran año para el joven hombre de mar. En junio, participó en una etapa del Waterman Tahiti Tour, al que volvió unos meses después, en diciembre, para participar en la IRONMANA, una prueba mítica para la comunidad del remo. "¡Fue un año de locos! Todo salió a pedir de boca, gracias en gran parte a unos encuentros excepcionales. Así pude relanzar un proyecto que me rondaba la cabeza desde hacía dos años: una carrera de remo de larga distancia entre Lacanau y la Duna del Pilat”. Bautizada como Dune Paddle Crossing, esta travesía oceánica en Prone Paddleboard debería ver la luz en 2019. "Ya he hecho esta travesía en solitario, me he hecho muchas preguntas: ¿por qué estoy haciendo esto? ¿Por qué ahora? La respuesta es sencilla, la recompensa está en llegar a la punta del Cap Ferret, empezar a surfear en los pasos del Bassin d'Arcachon y terminar frente a la duna más bonita del mundo. La intensidad del momento se multiplicará por diez por el cansancio acumulado a lo largo del viaje. Es entonces cuando se podrá apreciar toda la belleza de este lugar y el interés de realizar la Travesía de las Dunas haciendo paddle.

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